viernes, 9 de enero de 2015

Esos locos que reman…

Esos locos que reman

Yo los conozco, los he visto muchas veces, algunos salen temprano y se empeñan en ganarle al sol, otros se insolan al medio día, se cansan a la tarde e intentan que no los atropelle una lancha en la noche. Están locos. En verano reman, reman y reman solo para disfrutar del descanso… y algún que otro asadito a la luz de la luna. En invierno se tapan, se abrigan, se quejan del frio en sus manos y caras, se enfrían, se Refrían y dejan que la lluvia les moje la cara.
Yo los he visto, cruzan el Paraná, se meten en caminos estrechos y muchas veces se bajan y caminan con el bote a cuestas; esquivan olas en la costa, pasan por debajo de puentes y descubren caminos nuevos, se molestan con las lanchas que no frenan ni disminuyen la velocidad. Reman, reman ,reman…
Cantan canciones que acompañan el ritmo de sus brazos, escuchan a los horneros y a las gaviotas, escuchan al zorzal y a los gansos, escuchan el ruido del agua cuando sus palas irrumpen en ella, escuchan el ruido de sus latidos y su respiración, escuchan el silencio…
Miran hacia delante, al horizonte, huelen el viento que pasó por alguna flor y les regala ese dulce aroma…
Yo los he visto, no están bien de la cabeza, usan gorro, lentes y mangas largas para escapar al sol del pleno verano y calculan a ojo cuantos kilómetros han recorrido ya, no tratan de ganarle a nadie, reman con el cuerpo flojo… Esquivan al tronco que venía flotando, festejan cuando un dorado salta delante de ellos, frenan toman agua de sus botellas y siguen… Organizan travesías y se inscriben a las que otros organizan, empiezan a remarla la noche anterior, sueñan que reman y a la mañana se levantan como niños en día de reyes, han preparado los bolsos y la ropa que descansa sobre una silla como lo hacían en su infancia en víspera de vacaciones.
El día anterior a la travesía comen pastas y no toman alcohol pero se premian con un buen asado, vino o cerveza, sin f
altar la previa picada, al finalizar el primer día en el campamento alumbrado por un cielo estrellado. Nunca pude calcularles la edad, el tiempo transcurre diferente para ellos. 
Son hombres y mujeres, no están bien, estrenan ansiedad en cada salida, le hablan a la madre tierra para que les permita una buena aventura y en su travesía charlan de plantas y sus poderes, van juntando leña para el fuego de la noche y en la noche se tienden sobre una lona y hablan de las estrellas, tratan de descubrir a las 3 marías, a la osa mayor, tauro, piscis y todas las constelaciones, ven pasar satélites y los diferencian de la posible estación espacial y sueñan…
Salen en grupos… se mantienen unidos y saben que es la única manera de ser mas fuertes frente a la inmensidad del agua. Nunca dejan a nadie solo, siempre alguien acompañara al que esta acalambrado o al que le duelen las manos y los hombros, pero nunca les duele el alma, les dicen que falta poco y les pide que no afloje. Preguntan por el lugar de descanso y se quejan porque no aparece, están locos, ellos saben que en sus casas tienen el agua que quieran, un colchón cómodo para la noche, siempre un control remoto a mano, están mal, ellos saben que adelantetienen la sombra de un sauce.
No las preparan pero tienen todas las anécdotas para contar en el fogón, no las preparan, son parte de ellos
Disfrutan al empezar, disfrutan al remar y disfrutan de levantar las palas al terminar porque dicen que lo han conseguido, que ganaron una vez más.
Son raros, se inventan una meta a cada paso, "hay que llegar hasta esa punta", "apuntale a las barcazas", "vamos hasta esa playita y paramos" , se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la playas, a los que lo miran por la tele y a los que ni saben que hay locos que reman.

Los he visto pasar, les duelen los brazos, se acalambran, tienen ampollas en las manos pero siguen. A medida que avanzan sus músculos se cansan más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, una hora antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí, ¿por qué no ser uno de los cuerdos que aplaude desde la arena y les saca fotos?
Están locos, yo los conozco bien, cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan con puro amor la transpiración en su cara, los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo los recibe con inentendida admiración.
Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice "Llegué, tarea cumplida!!"
Apenan llegan se abrazan con sus compañeros, se aplauden y sacan fotos, tienen el cielo en sus manos.
Los he visto, miran con cariño y sin lastima al que llega 10 minutos más tarde, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y el segundo
Están mal! Dos días después de la travesía están desde tempranito agarrando su pala y su kayak y paleando rítmicamente, tratando de hacer lo que el profesor les sugiere, seguros de que es necesario para estar más preparado para la próxima aventura.

Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos consigo mismos al menos una hora por día, dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más, dicen que la gente no se banca tanto silencio, dicen que ellos los disfrutan, dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras reman y conversan en silencio con ellos mismos, dicen que el resto busca escusas para estar siempre acompañados, están mal de la cabeza

Yo los he visto, algunos solo reman en la costa de un club pero un día empiezan a salir de a poquito y con el transcurso del tiempo quedaran tan locos como ellos.
Me parece que quieren ganarle a la muerte, ellos dicen que quieren ganarle a la vida,
                              ESTAN COMPLETAMENTE LOCOS…


           
De Antonela Lopez Santos el Viernes, 9 de Enero de 2015 a la(s) 20:17